
Actualizado el miércoles, 24 agosto, 2022
Pintadas en las paredes de Pompeya
Uno de los grandes patrimonios de Pompeya y de Herculano es su excelente nivel de conservación durante siglos por efecto de las lavas y cenizas depositadas en estas ciudades y que contribuyeron a su preservación en el tiempo.
Ello nos ha proporcionado informaciones muy valiosas que no se pueden encontrar en ciudades conservadas al aire libre. Cuando una ciudad decae y se queda despoblada, los vestigios de sus habitantes desaparecen poco a poco, quedando solo restos y recuerdos de sus principales pobladores (altos dignatarios, emperadores…) que con sus palacios y tumbas consiguen perpetuar su memoria durante más tiempo.
Pero eso es algo que no ha ocurrido en Pompeya. Las cenizas y la lava han cubierto por igual a ricos y a pobres, a ancianos y a niños, a hombres y mujeres, dejando hoy un testimonio vivo de la vida real en una ciudad romana, entre cuyas expresiones más interesantes están los graffitis.
Una forma de expresión común
Y es que los graffiti eran una manera muy común de la población romana de expresarse en público y desde luego no era propio de las élites sino de la gente normal. Estos testimonios escritos expresan los sentimientos de los pompeyanos, sus amores, sus rivalidades, sus preferencias políticas.
Son interesantes también para los lingüistas, ya que están escritos en Latín vulgar, el usado por la gente ordinaria, tal y como ocurre hoy en día con los graffitis urbanos. Sorprende a muchos comprobar que el ser humano no ha cambiado tanto en estos siglos. Los graffiti de Pompeya y Herculano son en muchos casos vulgares, con insultos y referencias sexuales. El falo es un elemento muy típico, como símbolo de buena suerte que está presente en muchos edificios.
Es muy común encontrar el clásico «Yo estuve aquí» o pequeñas declaraciones de amor del tipo «Claudio saluda a Popea». Las letrinas eran, como hoy, un lugar preferente para la expresión escrita en la paredes.
No se consideraba vandalismo
Estudios recientes consideran que el graffitismo en Roma estaba lejos de ser un fenómeno vandálico, como sucede hoy. Antes al contrario, muchos mensajes se consideraban informativos o de servicio público y se realizaban y mantenían en toda clase de edificios, públicos y privados, incluyendo templos y tumbas.
Qué se escribía
Los graffitis son variados y en muchas ocasiones consisten simplemente en fechas y números, recordando eventos interesantes o transacciones económicas.
Se han encontrado poemas, en latín o incluso en griego, y textos ilegibles que podrían ser combinaciones de tipo pedagógico en el contexto de una escuela. Se han visto graffitis relacionados con los gladiadores, semejantes a las expresiones actuales deportivas, acompañados en ocasiones con el número de victorias o de luchas.
Hay muchas formas geométricas, círculos hechos a compás y animales de todo tipo, principalmente caballos.
Verlos hoy es muy complicado. La técnica que nos ha llegado mayoritariamente es el graffiti mediante punzón metálico grabado en la piedra y la localización y comprensión de los dibujos requiere agudeza visual. Hay también restos con pigmentación, pero son muchos menos. Hay proyectos en marcha de catalogación y sistematización, con el objetivo de acercar al gran público este testimonio tan interesante de la vida urbana de aquellos tiempos. La mejor forma de verlos hoy es en compañía de un guía, ellos conocen las localizaciones y los grafitti más interesantes.
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